
Separados no en el sentido de cada uno en su casa, sino con unos cuantos kilómetros de por medio. Y además sabiendo que tan sólo será por dos escasas semanas. Pero aún así le echas de menos.

Entonces cierras los ojos y lo ves: abrazándote fuerte, besándote suave, acariciándote lento. Y sonríes una vez para acto seguido cerrar los ojos y caer rendida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario